La biblioteca ha sido uno de los factores esenciales detrás de la creciente popularidad de las impresoras 3D. Este hecho está respaldado por datos de Google Maps, que muestra más de 800 impresoras 3D en bibliotecas que se encuentran en todo el mundo.
Este número podría ser mayor ya que Google Maps solo muestra las cifras de países de habla inglesa como Australia y el Reino Unido más los Estados Unidos, LATAM y Europa, LATAM y Europa.
Se proyecta que la cantidad de impresoras 3D en las bibliotecas chinas puede ser de tres a cinco veces mayor que en los EE. UU. o cualquier otro país de habla inglesa. Además de esto, las bibliotecas en las diferentes partes de Europa, así como en las naciones de América del Sur, probablemente proporcionen servidores de impresión 3D.
¿Cuál es el motivo del aumento de la popularidad de los servicios de impresión 3D en las bibliotecas?
Las impresoras 3D son costosas y, como resultado, no muchos pueden pagarlas. Es esta brecha en el mercado que las bibliotecas de todo el mundo buscan abordar. Esto se debe principalmente a que se sabe que el objetivo de las bibliotecas es la provisión de igualdad de acceso al conocimiento y la información.
Pero debido a la naturaleza costosa del escaneo 3D, la impresión 3D y otras tecnologías de Maker Space, no todos pueden disfrutar de los amplios beneficios que ofrece. Tampoco hay suficiente conocimiento e información sobre la mejor manera de utilizar las tecnologías de impresión 3D de manera efectiva. Debido a estas brechas, las impresoras 3D se han convertido en una vista popular en las bibliotecas públicas para tratar de cerrar la brecha.
Las bibliotecas también están desarrollando un plan para el futuro al comenzar a instalar impresoras 3D. Esto se debe a que ha habido un aumento continuo en la disminución de la insignificancia de los libros físicos. Por lo tanto, las bibliotecas deberán pensar en otras formas creativas de seguir siendo relevantes, en lugar de depender demasiado de los libros físicos.
En consecuencia, esto ha llevado a las bibliotecas a comenzar a crear sus propios contenidos gracias a la tecnología de impresión 3D. Como resultado, las bibliotecas ahora pueden crear contenido exclusivo para ellas y que no se encuentra en ningún otro lugar. Esto se logra alentando a la comunidad a unirse y crear algo que no está disponible en ningún otro lugar.
Durante décadas, las bibliotecas han actuado como los lugares donde las comunidades se reúnen para compartir información e ideas. Por ello, las bibliotecas públicas optaron por incorporar impresoras 3D para que estas personas pudieran compartir sus pensamientos sobre esta tecnología futurista. Al hacer esto, estas personas aprenden unas de otras y pueden hacer un descubrimiento único que no se ha revelado en ninguna parte del mundo.
¿Qué pueden lograr las impresoras 3D?
Hay muchas aplicaciones fascinantes de las impresoras 3D, desde fabricar pistolas, prótesis hasta figuritas. Los materiales comunes utilizados durante la impresión 3D son el ácido poliláctico (PLA) y el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS). Por lo general, las estructuras y objetos que puedes imprimir con materiales que no sean plásticos son variados.
Un excelente ejemplo de esto es una empresa de San Diego que usa células humanas para hacer el hígado humano, y una empresa con sede en Shanghái que usa cemento de secado rápido para imprimir una casa de diez pisos.
¿Cómo utilizan las bibliotecas las impresoras 3D?
¿Cuál es el objetivo detrás de las bibliotecas que adoptan el uso de impresoras 3D? Bueno, es sencillo en el sentido de que las bibliotecas quieren estar a la vanguardia para ayudar a todas las personas de diferentes edades a desarrollar sus competencias y habilidades para sobrevivir en este mundo cada vez más tecnológico.
Las bibliotecas están desempeñando un papel vital en la transformación digital de la sociedad, además de mejorar su reputación como centro de liderazgo digital. Por lo tanto, muchas personas ahora pueden aprovechar esta tecnología innovadora para emprender negocios, participar en el aprendizaje creativo y resolver problemas de salud complicados.
Por ejemplo, un hombre de Chattanooga usó la impresora 3D disponible en una biblioteca pública para diseñar un dispositivo robótico que le permite a su hijo nacido, que nació sin piernas ni brazos, tener un medio de forma independiente.
Además, un Boy Scout en Ft. Wayne, Indiana, usó la impresora 3D en la biblioteca pública del condado de Allen para imprimir ruedas de resina para su equipo de robots. Otra historia inspiradora es la de un niño de nueve años que usa una impresora 3D en la Biblioteca Pública del Condado de Johnson en Kansas para hacer una prótesis funcional.
¿Existen implicaciones legales de que las bibliotecas tengan impresoras 3D?
El uso de impresoras 3D va más allá de fabricar objetos artísticos y no artísticos. Debido a esto, debe comprender cualquier posible problema de propiedad intelectual que pueda surgir al usar impresoras 3D. Al hacer esto, podrá ampliar su perspectiva más allá de los derechos de autor. También debe tener en cuenta la patente de diseño, la patente, la imagen comercial y el secreto comercial.
Con la creciente popularidad de las impresoras 3D en las bibliotecas públicas, otro problema que surge es un problema de seguridad. Esto se debe principalmente al creciente número de personas que ahora pueden fabricar y comercializar productos sofisticados y posiblemente peligrosos.
Algunos productos impresos en 3D que se lanzan al mercado también serán defectuosos, lo que causará daños al consumidor. Si esto sucede, los bibliotecarios deben saber quién será responsable de estas lesiones a este usuario inocente debido a un objeto creado con sus impresoras 3D.
En tales situaciones, la responsabilidad podría recaer en:
- El programador que puso la codificación para el diseño del producto.
- La empresa que fabricó la impresora 3D
- El inventor o los aficionados que crearon y vendieron el objeto impreso en 3D
La pregunta que surge en tal escenario es, ¿se debe responsabilizar a las bibliotecas? Esto es algo que aún debe ser decidido por los tribunales para determinar el alcance de la responsabilidad de la biblioteca. No obstante, es difícil predecir el grado de responsabilidad del producto o disputas de propiedad intelectual en el futuro que surjan de los objetos impresos en 3D.
Dicho esto, las bibliotecas de todo el mundo deberían seguir ofreciendo acceso a impresoras 3D al público. Estos dispositivos son herramientas educativas, empresariales y creativas invaluables que juegan un papel crucial en el futuro de nuestra sociedad.
Conclusión
No se puede subestimar el papel que han jugado las bibliotecas públicas en hacer que las impresoras 3D sean accesibles para todos. Si no sabía el papel importante que juega la biblioteca, leer el artículo en profundidad sin duda ha demostrado que estaba equivocado. Por lo tanto, siempre que desee utilizar una impresora 3D, diríjase a su biblioteca local y explore su creatividad.